Con la apertura de Món Casteller – Museo Casteller de Cataluña se dará inicio a un centro museístico y de experiencias único en el país, dedicado íntegra y exclusivamente al patrimonio intangible de los “castells”. Cuenta con 2.800 m2 de superficie construida y 2.446 m2 útiles, distribuidos entre la planta sótano, la planta baja, el altillo, la primera planta y la terraza mirador.
El edificio no es un espacio cerrado sino que conecta las dos plazas porticadas del Blat y del Oli manteniendo la continuidad urbanística ancestral. A la vez, crea una nueva plaza con forma circular que se abre de forma espectacular en la trama urbanística medieval. Un pilar de luz de más de 20 metros de altura se levanta sobre el edificio. El cambio de cromatismo de este faro luminoso simboliza los distintos colores de las camisas de las collas “castelleras” y la pluralidad de esta manifestación patrimonial.
El visitante se adentrará en el museo con un audiovisual inicial de grandes dimensiones, en una sala que conectará las dos plantas del edificio. Este primer acto quiere simbolizar el valor de los “castellers” ya que se podrá experimentar en primera persona el vértigo similar al de un “enxaneta”.
El segundo acto está dedicado a la cordura y el equilibrio que representan la sabiduría y la técnica. Y en que se presenta el avance del fenómeno en términos de consolidación histórica, expansión, perfeccionamiento técnico y el papel de la ciudad de Valls como cuna de los “castells”. En este punto, cinco nódulos circulares que simbolizan en forma las “piñas” de los “castells” llevan al visitante por el recorrido, con paneles dinámicos y visuales, creando una estructura orgánica en movimiento. Estas "piñas", pues, se convierten en instalaciones artísticas y visuales para comprender los "castells", a través de lenguajes plurales como el mapping, el cine, la danza, la geometría, la arquitectura o los juegos interactivos.
El último acto, dedicado a la fuerza, culmina en el espacio inmersivo y sensorial, con la instalación multimedia que muestra la explosión de alegría y emoción, el júbilo y el entusiasmo cuando se completa el “castell”.
Destacará, también, el espacio dedicado a la música de los “castells”, que no se ceñirá a la escucha de las melodías propias de la actuación castellera, sino que contará con una intervención artística para facilitar la transición.